miércoles, 4 de agosto de 2010

Juan Calvino (1509-1564)

Juan Calvino nació el año 1509 en Noyon, en el norte de Francia, y murió en Ginebra el año 1564. Por consiguiente, su actividad pública se desarrolló a mediados del siglo XVI. A principios de este siglo plugo a Dios llamar a su pueblo para que volviese a la pureza de la doctrina evangélica. Y esto se llevó a cabo, en particular, por mediación del catedrático en teología de Witenberg (Alemania) Martín Lutero. Éste no había pensado, ni mucho menos, en instituir una nueva iglesia; pero debido a las luchas de su propia vida y al estudio asiduo de la Biblia, llegó a descubrir que la iglesia se había apartado del verdadero Evangelio, es decir, que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la ley (Romanos 3:28). Cuando Lutero empezó a predicar este evangelio contra los errores que se habían introducido en la Iglesia, errores que inducían a las gentes a confiar en sus propias obras religiosas para obtener así su salvación, entró en conflicto con los “dirigentes” de la Iglesia de su época, y también, finalmente, con el papa.

El año 1520 fue desterrado a causa de su confesión del Evangelio. Pero la Iglesia está donde está la Palabra de Cristo (Juan 3:27). Al desterrar a su testigo fiel, la iglesia de Roma demostró ser una iglesia infiel y falsa. Sin embargo, el Señor condujo hacia la reforma de la Iglesia a todos los que quisieron seguir su Palabra.

Ellos prefirieron el yugo de Cristo al yugo de los hombres y al yugo del papa.

Juan Calvino, que perteneció al principio a la iglesia de Roma, y había seguido los estudios humanísticos, se sintió también atraído durante los primeros treinta años del siglo XVI, por los caminos de reforma de la Iglesia. Y así como Lutero fue una gran ayuda para la Reforma en Alemania y países escandinavos, Calvino lo fue para los románicos, anglosajones y Países Bajos. Siguió a Lutero y demás reformadores antiguos, continuando adelante por el camino que ellos habían empezado, a saber: la reforma de la Iglesia según las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento, que fueron aceptadas como única autoridad para ésta.

Después de peregrinar por diversas partes, fijó su campo de acción en Ginebra, en la Suiza de habla francesa. En 1535, o sea antes de la llegada de Calvino, ya había sido introducida la Reforma en dicha ciudad. Calvino publicó en Basilea, el año 1536, su obra principal y más conocida, “Institutio Religionis Christianae” (Institución de la Religión Cristiana). En el mismo año se le persuadió para que se quedase en Ginebra —cosa contraria a su voluntad—, y allí trabajó como “instructor” primeramente, y como predicador más tarde.

Su primera estancia en esta ciudad fue de corta duración. Cuando por medio de su predicación y obra, en las que sus compañeros de ministerio le ayudaron constantemente, fue afirmándose cada vez más la autoridad de la Palabra de Dios en la Iglesia y el Estado, se produjo también la resistencia contra este trabajo, la cual se hizo al final tan fuerte, que tanto Calvino como sus colegas fueron expulsados de la ciudad (1538).

Entonces Calvino se fue a Estrasburgo donde fue predicador de una congregación de habla francesa. Estos años de Estrasburgo fueron de gran trascendencia para él. Desde este lugar se puso en contacto con los hombres más importantes de la Reforma en Alemania, e hizo amistad con un colaborador de Lutero, Felipe Melanchton, la cual no se rompió nunca a pesar de las grandes diferencias que les separaban.
Entretanto se entregó con todas sus fuerzas a las controversias religiosas de aquel tiempo. De este modo conoció con más claridad las grandes diferencias existentes entre Roma y la Escritura, conociendo al mismo tiempo todo el terreno donde había penetrado la Reforma. Mientras tanto se entregó a la edificación y dirección de la iglesia que le había sido confiada en Estrasburgo.

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